Que la gente ordinaria
te llamen loca, no importa,
están destartalados,
y el brillo de las sombras
no mira a los invisibles,
colgados se quedaron sus nombres.
En un lugar estéril,
la vida juega, tiene dudas,
mide tus fuerzas
y cobra sus deudas.
Si crees en la utopía,
deja que el agua fresca circule,
que limpie tus ojos,
que lave tus manos,
tendrás al tiempo que hablará
del sendero verde
que conduce a la verdad.