Tantas miradas al cielo
para creerse más dignos,
que pasan inadvertidos
los pecados, en el suelo.
Tantos golpes de pecho
o rezar al egoísmo,
que el cielo nos ha escupido
y nos manda hasta el infierno.
No se trata de ser bueno
o tener la devoción
para subir hasta el cielo.
Se trata que a corazón
a los demás también demos
eso dijo nuestro Dios.