liocardo

OrĂ­genes

 

 

 

 

El animal me llama

y lo atiendo, el animal

me llama y lo entiendo.

 

Desmintiendo las verdades y consintiendo

que el tiempo me vuelva

polvo, me vuelva

de agua, me vuelva

de aire, me vuelva

füego, me vuelva.

 

En la conciencia de dios todo es perfecto.

En la memoria de dios todo es eterno.

 

Impertérrito ante el tránsito de los sucesos,

el universo se libera en un haz de pensamiento

conjugando la síntesis del verbo compuesto:

 

EXISTIR

 

Me contraigo en el cosmos,

en el éter me disuelvo.

 

En el instinto se despierta el primigenio

comprendiendo que no hay saber

más sabio que perseguir

el dictado de la intuición;

el canto de la naturaleza.

 

Y reclamo a la razón que me atenaza

el derecho de ser sin tener raza

     el animal al cual destino le dio forma

     para habitar libre del yugo social.