Deja de estar en mis sueños
y por favor déjame morir.
Comprendo que ya no seré tu dueño
y acabarás con mi existir.
El viento que acaricia mi cabello,
llega, y en silencio me habla de ti.
Me hace recordarte con todos tus destellos
sabiendo que ya no estarás cerca de mi.
Deja de rondar ufana en mi pensamiento,
y solo aléjate, como una ola a la orilla del mar.
Las gotas de lluvia mojan mi abatimiento,
como diciéndome, por favor déjala de amar.
Deja de mentir que un día tú me amaste,
mujer que amé y que aún amo con dolor.
En el cielo aún veo el corazón que me pintaste
y en mi pecho aún conservo un gran amor.