J.M Aceros Bernal

MontaƱas

Por donde miro, se alzan grandes montañas

aquellas que cierran mi glorioso paso

murallas de vidrio de absurda aspereza

esas montañas son las que me han encerrado.

 

Y cada que las veo, escudriñan selvas insondables

por más espejos y reflexiones, ni la luz arrima

turbios espacios, sin vida ni ventura concebible

ríos áridos, difuntas ceibas, repulsión insigne.

 

¿Dónde me encuentro yo? No lo sabría decir

ni un cuarto, ni paisaje, ni mar, ni vacío

solo sé que quiero llegar allí, al otro lado

ya no puedo tocar, oír, ni oler sus espacios.

 

¿Si tan mal son esos parajes, para que quiero ir?

¿Será conocer? No lo es, no me lo puedes decir

cada reflexión, que opaca la luz toca mi espectro

y sin poder estar en ningún sentido, añoro eso.

 

 

El susurro de lo inerte, trata de seducirme

me arrastran el espíritu, me obligan a ceder

a dejar de vivir, y entregarme entre lo escabroso

y encerrarme con injustos engaños alienados.

 

Revés tonto, querer cruzar a esas crueles tierras

en cuales la soledad se iguala a la tristeza

y las montañas se vuelven planicies malvadas

nadie las camina, solo hay lo que ya ha existido.

 

Escalar a esas montañas para descender

sin poder romper cristales o poder mover

¿Estar del otro lado es lo mismo, de que sirve?

Todo me pide estar en algo que nunca quise.