José de Jesús Camacho Medina

María \"Botes\"

Ella era parte del paisaje, como el sol de las seis, como el polvo en el aire. María “Botes” le decían, porque en los botes hallaba su trono, su descanso, su esquina del mundo. Caminaba sin rumbo, con los ojos llenos de historias que nadie quiso leer. A veces aceptaba ayuda, otras veces, solo silencio. Respondía con groserías si se sentía herida, pero detrás de su voz áspera, había una mujer habitando el olvido. Frente al bullicio indiferente de Fresnillo, ella era testigo y fantasma. Vivió ahí, entre miradas que no miran y pasos que no se detienen. Solo ella conoce los poemas de sus ojos, los que no caben en un letrero, los que nadie preguntó. Solo ella desgranaba sus penas y cada día sepultaba sus sueños.