Lucía gómez

NO QUERÍA IRSE...

No quería irse.

Se aferraba a la sombra que

deja la tarde, a un rincón

sin nombre.

Intentaba esconderse en

los zaguanes, en los postigos

cercanos al olvido.

No quería irse,

porque se negaba

a morirse del todo.

L.G.