Alfredo Ulises Ortiz Castellanos

Te necesito

Como el agua que sacia la sed,
como el pan que alivia el hambre.
Te necesito.

Tu ausencia pesa más que la vida,
y la vida, sin ti, se vuelve insoportable.
Como cadenas de soledad,
que arrastro en cada paso,
y en cada paso, me arrastran más hondo,
más lejos de todo,
más cerca de nada.

Te necesito.

A ti, y a tus huellas sobre mí,
efímeras, atolondradas,
como pasos de viento en la arena.
Pasajeras.
Y aun así, imborrables.

No había sentido un dolor tan vasto,
una carencia más aguda que la de Dios.
Pero ahora, tú eres mi mayor vacío.

¿Serás más grande que Dios?
¿O es esta necesidad más grande que la fe?
No lo sé.
Solo sé que dueles más que cualquier duda,
y que la esperanza se me clava como un clavo oxidado.

Y aún así, espero.
Llámame iluso, soñador, necio.
Llámame lo que quieras...
pero aún te espero.
Espero que cuando el dolor se canse de doler,
vengas tú detrás de él,
pisando su sombra.

Así como te fuiste:
sin aviso,
sin ruido,
sin mirar atrás.

Porque, dime:
¿qué es mi dolor, si no tu ausencia?
¿y qué es tu ausencia, si no dolor?

Te necesito.
Y no me hagas decirlo de nuevo,
porque si lo repito,
quizá no quede nada de mí
para pronunciarlo.