Hay un hilo que danza en el viento,
tejido de sueños, de luz y misterio,
se extiende en caminos de sombra y encanto, uniendo destinos con un lazo eterno.
Es un hilo dorado que besa la vida,
susurra en la brisa, guía los pasos,
enlaza miradas con una caricia,
y une dos almas sin importar los años.
Aunque lejos estés, su tacto persiste, como eco sutil en la piel del tiempo, es abrigo en la noche, refugio invisible, es el lazo dorado que vence al invierno.
Y cuando el reloj decida encontrarnos,
cuando el azar se rinda al destino,
ese hilo dorado, incansable y sabio,
hará del \"tú y yo\" un hecho infinito.
Un hilo dorado nos une al destino,
tejido en caminos de luz y misterio,
se extiende sin pausa, sin rumbo preciso, pero siempre acercando lo verdadero.
Nos enlaza al amor, a la dicha infinita, a amigos que brillan con sincera bondad, es la fuerza callada que siempre palpita, un lazo eterno, pura verdad.
Conecta mi cielo con el fulgor de tu estrella, tu mirada es brisa que nunca se apaga, aunque ausente estés, tu abrazo destella, como eco en el viento que dulce me embriaga.
Y cuando el tiempo marque su encuentro, cuando el azar ya no pueda esquivar, el hilo dorado hará su juramento, y el \"tú y yo\" será realidad.