Recado
Nunca he escrito sobre ti
y lo haré por dignidad,
porque hiciste gran maldad
en hablar así de mí.
Mi respeto te lo di
y también, la libertad,
sin embargo, la amistad
con tu nombre pues perdí.
Eres grande y tan pequeña,
que te pierdes fácilmente,
sin hallar ninguna seña.
¡Qué tristeza con tu mente
que no entiendes lo que sueñas!
Estás mal, es evidente.
II
Me llamaste poca cosa,
ya veremos si lo soy;
o tal vez, por donde voy,
ya dejaste de ser rosa.
Si te crees mariposa,
vuela lejos, que no estoy.
Date cuenta, que si doy
es amor, no pido esposa.
¿Quién te crees, luna o estrella
en el tiempo de la vida?
Solo dices la querella
que te hiere y causa herida.
No te quedes con ser bella,
solo has sido deprimida.
Samuel Dixon