Qué vida esta…
tan delirante,
que no soporto
el peso del aburrimiento,
ni el lamento
que gotea
de mis días sin consuelo.
Mi alma se hunde
momento a momento
en una tristeza sin nombre,
como si cada lágrima
brotara
de unos ojos ya secos,
cansados
de llorar en silencio.
Te pido, vida,
que algún día
me regales un instante de verdad,
una chispa de alegría
que no se oculte tras el dolor.
Porque si no,
¿qué sentido tiene el hoy?
¿qué esperanza me deja el mañana?
Yo solo quiero ser libre,
libre de este mal
que me devora por dentro.
Y si esta esperanza es un engaño…
entonces todo,
todo ha sido
la mentira.