Yasuara Melgara

\"Todavía ayer\"

Todavía ayer, fui sombra y cadenas,

de un pasado ajeno, de falsas promesas.

Vivía en silencio, con alma marchita,

atada a un nombre que nunca fue cita.

 

Antes de huir, un fuego encontré,

me hizo sentir lo que nunca probé.

Ardía el deseo, la piel encendida,

pero sin amor… solo herida.

 

Me miraba con mirada ligera,

sin ver que mi alma por él se sincera.

Me ofrecía su cuerpo, mas no su verdad,

y en su rechazo, moría mi lealtad.

 

“No eres más que mi piel compartida”,

me dijo sin culpa, sin alma, sin vida.

Historias cruzaban sin rumbo ni fe,

y aunque me escuchaba… no veía quién fui.

 

No estaba atada, no era prohibida,

pero en su juicio, yo era mentira.

Quería mi fuego, no mi alma desnuda,

y cada caricia me dejaba más muda.

 

Aunque jamás creyó en mi mirada,

algún día sabrá la callada jornada.

Que lo quise sin pedirle promesa,

sin exigirle caricia ni certeza.

 

Que al pensarlo, el alma se agitaba,

y al nombrarlo, mi pecho temblaba.

Pero él, ciego de su propia niebla,

nunca vio cómo el amor me desvela.

 

Un día sabrá lo que yo callé,

que fue sincero lo que entregué.

Pero será tarde para mi querer,

porque mi alma ya dejó de arder.

 

Mi corazón, que a él se rindió,

de tanto esperar… se despidió.

Y aunque el amor no me devolvió,

le deseo paz, donde él esté hoy.

 

Que encuentre un amor que lo despierte,

que le cure el alma y lo reinvente.

Aunque no fui yo quien lo enamoró,

le deseo lo que a mí me faltó.

 

Aprendí que el amor no se ruega,

que el alma no es cama, ni entrega ciega.

Que antes de amar a quien no lo merece,

debo abrazarme aunque el mundo me pese.

 

Yasuara Melgara