Yo no creo que me recupere, no creo que mi enfermedad tenga cura. Yo voy a morir... sola, en un abismo consumida de tristeza. Llegare a tal punto que mi piel se torne pálida, que el calor del dia ya no me abrace y que los pájaros se espanten porque mi espíritu fue a visitarles.
Solo dejo que el sudor corra por mi frente, que mis lágrimas visiten mis mejillas, que el silencio del alma me consuma, y que finalemnte la muerte abrace.
Porque no hay cosa peor en la vida que existir, hablar y reir pero, al mismo tiempo que no haya risas, que no haya perdon y mucho menos color, ¡porque estoy enferma! Enferma de tristeza que encamina al tiempo, y el tiempo a mi sentencia.