Me acompaña la muerte en mis paseos,
y en los días y en las noches me atosiga
escondida en dolencias de mi cuerpo
que en silencio devoran mis deseos
de amarrarme a los versos y a la vida.
Cuando Dios me dispense de oraciones
por haberle rogado tantas veces
no perder la batalla ante el olvido;
cuando deje mi patria en este mundo
y a otra patria con soles diferentes
me traslade en su velero mi creencia,
la escarcha de estos versos sosegados
serán gotas que mojen el recuerdo
del vuelo fugaz de mi existencia.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO