Black Lyon

Inquisidores herejes.

Se alzan en el oropel intelectual,
aparentando convicción espiritual;
más los pilares que erigieron son de barro,
mostrándoles Dios lo errado.

¿Qué idea tienes de Dios?
¿Quién te ha asignado como juez y verdugo?
¿Ahora tú eres quien posee la \'Verdad\'?
Cuando de la sana doctrina te has apartado.

Resalta y resulta que el hereje es ahora inquisidor,
y no lo hace por escudriñar las escrituras;
antes bien, a la hermenéutica, exégesis y tradición considera espuria, 
armando entelequias que vayan mejor con sus locuras.


¡Te vas a condenar!
¡Dios no quiere templos!
¡Dios nos va a raptar!
¡Dios tiene número exacto de \'salvos\'!
¡Somos salvos solo por fe!
¡La Iglesia no está en Pedro!

Estos errores y horrores teológicos preconizan las \'voces de Dios\',
pero en realidad son egos y psiques distorsionadas que idolatran su fervor.
Un fervor a su propio conocimiento y a su propio dios,
sin lugar a dudas, muy lejos de lo que es Nuestro Señor.

Levantan el dedo y enjuician al Catolicismo;
se mofan de la tradición y no creen en el magisterio.
Pero de seguro la Iglesia de Cristo es de aquellos cirqueros,
que entre gritos y \'lenguas\' exigen con ahínco el diezmo.

Gálatas 1:8-11