¿Votó usted con convicción?
Por traición.
¿Le engañaron con promesas?
Más que esas.
¿Y su sueño ciudadano?
Fue en vano.
¿Lo volverá a intentar?
A llorar.
Pues le paso este refrán:
“El que elige sin pensar…
se lo cobra el titular.”
----
¿Dio su voto con orgullo?
Qué murmullo.
¿Hubo un cambio en su comarca?
Ni la marca.
¿Y escucharon su reclamo?
Lejos, vamos.
¿Se siente representado?
Ignorado.
Entonces mire este plan:
“Al que elige por hablar…
le gobiernan sin dudar.”