Gerald Flores

Ruperto

Ruperto

 

Ruperto era un hombre de pocos gestos,

de esos que enfrentan tormentas sin parpadear.

Decían que el dolor no lo tocaba,

que ni la muerte le haría llorar.

 

Callado, firme,

mirada dura como el acero,

corazón guardado bajo siete candados.

 

Hasta que un día lo vi llorar.

Una lágrima cayó,

solitaria, temblorosa,

como testigo de un alma rota.

 

Solo una lágrima lloro Ruperto 

Porque, era tuerto!