Con los pies firmes en tierra chilena, y el alma gastá de tanto esperar, va el Ariel, con mirada serena, sin dejarse nunca tumbar.
Se madruga la vida sin miedo, con la frente curtida de sol, peleando derechos y sueños, como buen porfiado farol.
La PGU no llega, qué pena, la burocracia se manda a correr, pero este gallo no afloja la rienda, porque nació pa’ no retroceder.
Con porotos, guitarra y memoria, y un corazón que no pide perdón, va dejando en la calle su historia pa’ que otros sigan su canción.
No es fama lo que este hombre busca, ni limosna, ni flor de cartón, sólo un poco de paz, sin angustia, y justicia en cada rincón.
Así va el Ariel, sin careta, como buen chileno de ley: a puro pulso, con la frente recta, dando ejemplo, aunque duela, compa, ¡ey!
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