ANGHELUZ.

EL SILENCIO DEL POETA

 

EL SILENCIO DEL POETA

 

 

 

Tras la tenue luz de una vela

contempla la tarde que oscurece,

mientras con sus manos vacías

intenta llenar su alma.

 

Su quebrantado corazón,

en pedacitos, sus latidos

por aquel amor

que se ha ido con el viento.

 

Se queda pensativo

mirando a la nada

y en la nada

encuentra un motivo

para seguir respirando.

 

La tristeza lo alcanza,

como lluvia tardía

y lo moja todo

con tanta ternura.

 

Sus labios sellados

al borde de la locura

no ha de decir nada

ni una sola palabra.

 

 

Las rosas marchitas

sus pétalos cayendo

en la aridez del tiempo

ese, que todo olvida.

 

 

ANGHELUZ