Podía verlo todo,
actuar distraída de vez en cuando,
y besarte con los ojos,
no era muda,
pero tampoco escribía relatos,
de corazón valiente,
y llena de arrebatos.
Era una romántica,
que se hacía sus propias noches,
lográndolo a ratos,
obscuridad de día,
felicidad con la luna,
hablaban de todo un poco,
entre las viejas estrellas,
y los gritos del loco…