Calle arriba va el borracho
con la botella en la mano,
lanza un guiño vivaracho
a su mala suerte, en vano.
Con paso tambaleante,
no se rinde y va p’alante;
sus burlas son el talante
de un beodo delirante.
Las luces de los neones
ciegan su fugaz mirada,
en busca de tristes bares
en esta noche viciada.
El pasado de dolor
ahoga en tragos de olvido;
sus penas son del color
del vino tinto bebido.
Sus delirios son quimeras
que flotan en su locura;
falto de buenas seseras
p\'al frío otro vino apura.
Va por el barrio de copas
eructando sus berridos;
vomita sobre sus ropas
los tragos no digeridos.
El alba lo ve vagar
por diferentes burdeles;
aunque ya solo es brindar
por la resaca en cuarteles.
Y a dormir la borrachera
va camino de su casa;
el viejo vecino, afuera,
le saluda con su guasa.
Que la vida es engañosa
y a otra cosa, mariposa.