Juanmi

ESPEJO

 

 

Una mirada cansada, profunda, perdida de esperanza, cautiva de añoranza.

Una mirada nublada por el humo de un cigarro que se consume por su propia voluntad aguantado por dos dedos amarillentos, inmóviles.

Una mirada solo perturbada por el repicar de unos párpados que quieren vencer al humo, agotados se cierran y abren lentamente como si el final estuviese cerca.

Una mirada que no dice nada y lo muestra todo.

Una mirada que clavada en la mía se reconoce suya.