el_impostor_errante

Red sheep

Cómo toda buena -black sheep- muestra a las demás -ausentes de color y coraje- cada uno de los huecos en el cerco.

Pero la comodidad -y la negación- de los miedos no les permiten -siquiera- pensar

en un hipotético plan de fuga.

¿Y luego? Los inciertos las paralizan.

Es tal el grado de confusión que barajan

-siempre- las ruinas de Estocolmo como

-posible- destino.

(Sus verdugos les obsequian seguridad y confort)

¡Así, no aprenden más! (Por qué no quieren)

¡Poder! -es otra cosa viejo-.

-La misión esta cumplida- (El fuego -ya- no espera)

Un día, el día, llega. (Eso -también- lo sabes)

¡Los colmillos -la rabia- y tus manitos!

Si te dormís -de yapa- sus pulgas masticaran todas- las migajas de tu alma.

(Lenguas lisas abrillantan nalgas) ¡No aliadas! -puaj-

¿Para que mostrarles una tumba dónde ya no hay más nada?

-Los ciegos huelen el abismo y -de todos modos- peregrinan a su orilla.

(Dónde ellos ven marsupiales -nosotros- roedores gigantes)

Será que pateando bajo la lluvia -lágrimas y gotas- se confunden.

El dolor se vuelve -liquido- mi amor, en la alquimia de las almas...