Lúa Betancourt

Panteísta

Extiendo los brazos por la ventana
para arrancar la seda quieta
de la noche.
Duermo sobre mi almohada salpicada de cosmos.

Afuera el asfalto se extiende,
limpio, sin lluvia
para que la gente pueda llegar a casa, en silencio,
sin perturbar a sus seres amados.

Los árboles son refugio de las aves que duermen a sus crías
mientras preparan el canto matinal.

Y los perros, centinelas bajo el frío del cielo
hasta que la última estrella desaparezca…

Es por todo esto vuelve a salir el sol.