Soy el primer vikingo que no mató al dragón
“Cómo entrenar a tu dragón”, La película.
* Este poema se burla de las nociones vacías de “paz” impuestas desde el poder, desmontando la hipocresía con imágenes absurdas y un lenguaje deliberadamente plano o grotesco, tal como hacía Parra.
Para lograr la paz mundial
comience por fumigar a los pobres
limpie las aceras con discursos
y ponga a los culpables a dar clases de ética.
Los muertos,
que esperen su certificado de defunción en PDF.
No hace falta justicia:
con un par de estatuas bien ubicadas
y un desfile anual con globos de colores
la memoria se diluye
como café instantáneo.
Además
¿quién quiere justicia
si tiene Netflix?
Los niños que lloran
deben aprender a llorar en silencio.
Nada más molesto que un chiquillo
con hambre de verdad y sentido común.
A esos se les receta wifi,
banderitas en PowerPoint
y un poco de historia corregida.
La paz
es ese ruido blanco que emiten
los telediarios a las ocho.
Paz es un Excel donde no aparece
la palabra “tortura”.
Paz es cuando nadie pregunta
y todos aplauden.
Como focas
con corbata.
Claro que no hay paz sin justicia,
pero ¿a quién le importa eso
cuando el petróleo está barato
y las encuestas sonríen?
La paz es un producto exportable
viene en latas de propaganda
y sabe a carne enlatada
con sabor artificial a “democracia”.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025
ADVERTENCIA AL LECTOR
(Fragmento de Nicanor Parra, premio Cervantes 2011)
Mi poesía puede perfectamente
no conducir a ninguna parte:
¡Las risas de este libro son falsas!,
argumentarán mis detractores
\"Sus lágrimas, ¡artificiales!\"
\"En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza\"
\"Se patalea como un niño de pecho\"
\"El autor se da a entender a estornudas\"
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
Como los fenicios
pretendo formarme mi propio alfabeto.
\"¿A qué molestar al público entonces?\",
se preguntarán los amigos lectores:
\"Si el propio autor empieza por desprestigiar sus escritos,
¡Qué podrá esperarse de ellos!\"
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mis creaciones.
Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres,
Cada pájaro era un verdadero cementerio volante
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de modernizar esta ceremonia
¡Y Yo entierro mis plumas
en la cabeza de los señores lectores!