Cuando el cerezo florece
es un canto sin temor,
una nube entre las ramas
que acaricia el sembrador.
Nada exige su hermosura
no presiona su esplendor,
solo espera, silencioso,
el milagro del calor.
Cada flor es un suspiro,
cada fruto, bendición
y su savia nos recuerda
que hay poder en la pasión.
Árbol breve, dulce y tierno
con rocío y con ardor,
das tu todo en una rama
cómo ofrenda al creador.
María Gpe P Bautista 🌹
Ladamasilenciosa