¡Silencio!
¡Quiero a todo el mundo en silencio, que el mar se quede quieto!
Que nadie emita ningún sonido y que de las cascadas solo se escuche su fluido.
¡Es que ya no hay cantos ni colores! Me alcanzó el grito, el luto y los dolores.
En mis ojos ya no hay verde, marron y mucho menos gris, solo hay sueño, sueño y mas sueño.
Se acabaron las lágrimas, mi alma está seca, ¡ya me alcanzó la pena! y ahora de este ser solo queda la niebla.