Y si imperan doctrinas opacas
de una razón que es ficticia
seguro que nacen, impías
las leyes malditas
dejando sus llagas.
Seguro que el hambre
no es hambre ni nada
ni es el dolor, seguro molesto
pues son esas faltas
y esos sentimientos,
razón muy sobrada
de ser prisioneros
de gestos, palabras
sin un fundamento.
Y nacen cual hijos
bastardos los hechos,
que encarnan el llanto
la rabia el perjuicio..
y somos los presos
el pago, el suplicio
por ser de mentira,
cumplimos castigo.
Lloramos el hombro
que no da refugio,
amamos la carne
que todos comimos
y siendo culpables
al cielo, pedimos
el ser bendecidos
que alguien nos salve.
Así lo vivimos
y así lo soñamos,
Y así… confundidos
seguimos estando.