Cuando encuentres a Dios en tu senda
no se lo cuentes a nadie,
sólo abrázalo en silencio
Y estrecharás la vida……
Cosecha tus cenizas para resurgir,
siembra tus noches de sueños y fantasías,
convierte la melancolía en desvelo,
en cadenas de acero que atrapen ese sentimiento
que dejó su ausencia…
descubre la intensidad del tiempo
en las hojas amarillas marchitas de otoño,
que caen sin un adiós, una despedida o un destino,
marca con un pétalo de rosa en el libro de poemas,
la luna blanca, las caricias y los besos…
que la brisa se lleva … dando vuelta la página.
Mirando hacia atrás siente la partitura de la vida,
sinfonía cercana cargada de recuerdos de un mañana,
no todo termina en un atardecer…
tras su manto de oro que se apaga…
aparecen las sombras que cubren de soledad,
el viento que se duerme en un sueño…
navega en la esperanza de un nuevo amanecer.