Abrió
el sobre.
Sacó
la hoja.
La leyó
en silencio.
La leyó
otra vez.
Se quedó
mirando
un punto
en la pared.
Se tocó
los labios.
Se alisó
el cabello.
Suspiró.
Se puso
de pie.
Caminó
al balcón.
Rasgó
la carta.
Soltó
los trozos
al viento.
Cerró
los ojos.
No me dijo
nada.
Y yo
recogí
los pedazos.
Y los guardé
en mi pecho.