\"Bendito aquel hombre
que su alma no quiebra en pedazos,
ni rinde culto al calvario
con el rugir de la Bestia\"
JUSTO ALDÚ
Primero fue luz,
una centella prometida en el costado del mundo,
una chispa que dijo: “soy el alba de los hombres libres”
y extendió su antorcha como quien abraza el porvenir.
Oh, sí, primero fue encanto:
la risa del trueno con traje de esperanza,
el orador del oro y del futuro,
el mito en su cuna de mármol.
Pero luego…
fue el paso de la bestia por mi era.
Un coloso sin rostro que dejó huellas
de metal fundido en la piel de los días,
una sombra que al posarse en mi campo
quemó la semilla antes del canto.
¡Yo quiero mi casa llena de chiquillos!
Quiero su alboroto como lluvia en el patio,
el dibujo torcido de una flor en la pared,
la risa que sacude las cortinas
y no el estampido de un cielo en guerra.
La quiero en su poesía verdadera,
sin cláusulas, sin deudas,
sin la espada disfrazada de tratado.
La promesa se volvió mordedura,
la antorcha, un incendio de lenguas extranjeras
que todo lo nombran sin entenderlo.
Caminan nuestros mapas
como si fueran espejos rotos,
y se beben nuestros nombres
como si fueran ríos cautivos.
Nos llaman su patio, su puente,
su zona, su base, su peón.
Pero yo tengo voz,
y esta voz no es ceniza.
Es tambor, es maíz, es protesta que florece
aunque escupan tormentas.
¡Basta ya del canto hueco
que se disfraza de libertad!
Que no vengan a vendernos su salvación
con botas, con buques, con embajadas.
Nosotros también sabemos arder
cuando se trata del alma.
Yo no quiero un padre lejano
que dicte cómo debo respirar.
Quiero el sudor de mi gente
convirtiéndose en trigo,
quiero mi bandera izada por las manos
que sembraron dignidad.
Y si hay que gritar para despertar,
que sea desde los techos,
desde los cerros y los manglares,
con un grito que parta la máscara
y devuelva a la tierra su nombre intacto.
No una patria en guerra.
Una patria en canción.
Un hogar donde la bestia
no se beba la infancia con sorbos de poder.
Una era sin dueño,
un tiempo sin cadenas.
*De mi libro CIUDAD DE BOHEMIOS 2012.
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