Y me diste vida sagrada soberana
Los plieges de mi carne
Son el trigo y el pan
de mi montaña
Mi pan es tierra verde,
Arcilla y sangre
Que circula
Por la piel herida de los montes
Y que besa los pies descalzos
De los valles
Que me viste
de estrellas amapolas
Y que canta con la voz
Eterna de las cumbres