Hay quietud en las horas dormidas de la noche
donde los sueños vuelan en mundos del imaginario,
donde el viento inmóvil también se ha detenido
y solo mi corazón que al latir está diciendo algo...
Todo es confuso con la luna y las estrellas
con el silencio que en el aire está flotando,
con el control exacto de una soledad ávida
que pretende tan solo tenerme entre sus brazos.
Solo percibo sombras vestidas de gris
que solo invaden a estas horas del remanso,
las palabras quedaron mudas de una voz
así que están allí desnudas en su propio letargo.
No hay energías, ni cadenas, ni tontas ideas
tampoco lágrimas para explotar en el llanto,
tan solo una quietud para atemperar mi vida
cansada de dolores, de recuerdos y calvarios.
Quiero estar ahora así, necesito estar así
fuera de este cuerpo que aquí está controlado,
olvidar los mensajes que me dicta el alma
cuyos sentimientos no me han dado descanso.
Necesito el abandono de todas aquellas cosas
qué caprichosas me han venido asfixiando,
solo un tiempo de místicas energías nuevas
con sensaciones que antes no había encontrado.
Sé que esta noche que parece larga e infinita
lamentablemente, al amanecer ya todo habrá pasado,
y otra vez deberé regresar a mi vida errante
con todo aquello que lentamente me ha ido matando...