En los nobles valles de La Rioja
maduran al sol viñedos soñados;
el trabajo de los siglos callados
drena y siembra la fértil tierra roja.
Crecen vides célebres de buena hoja
donde el tiempo acaricia con sus dedos
los ricos racimos de uva dorados,
al solaz del mosto que bien se antoja.
Riega el Ebro con sus aguas sin prisa
las dulces cepas que a todos encanta,
con los aromas que trae la brisa.
En la cava el silencio se decanta,
del roble viejo nace una sonrisa
y brinda con la copa que levanta.