Auxilio en la Fosa
AUXIIIIIILIOOOOOO...
algo frío me lame el alma,
las tinieblas pesan como lápidas húmedas,
y el aire es un recuerdo que ya no me pertenece.
¿Dónde está el sol que juraron eterno?
¿Dónde los rezos que me sellaron los párpados?
Me despierto…
pero el mundo no.
La muerte fue un bostezo,
un parpadeo de lo eterno,
y yo —
sepultado vivo por los rituales del olvido.
Araño la caja; la madera cede como carne,
mis uñas se deshacen,
pero no hay cielo al otro lado,
solo más tierra…
más silencio…
más nada.
AUXIIIIIIIIIIIIILIOOOOOOO — ¡maldita sea, AUXIIIIIIIIIIIIILIOOOOOOO!
¿No oyen mis gritos que rasgan lo insondable?
¿No tiemblan las ánimas
cuando me retuerzo bajo sus sombras?
Estoy vivo.
Estoy vivo y condenado,
preso de un sueño que ya no duerme,
ni despierta,
solo escarba,
y suplica,
y maldice a Dios en voz baja…
AUXIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIILIOOOOOOOOOOOOOOOO…
no por redención,
es por clemencia…
porque este infierno
aún no me llama.
¡Por Diooooooos… estoy vivoooo…
sáaaaaquenme de aquiiiiííí…
eestoooy viiiiivoooo…
¡ESTOOOOOY… VIIIIIIIIIIVOOOOOOOOOOO!