Ven a refugiarte al templo que con laurel y mirtos levanté para ti
Corre a esconder tu alma del sol abrasador
El mismo que ayer buscabas
y hoy te daña la piel
Duerme en el tálamo de tu inocencia
Nadie violara tu descanso y podrás recuperar tu alegría
Ajena al discurrir del tiempo
Volverás a correr tras los gorriones
En los campos cubiertos de amapolas.
Y tu risa volverá a traer la primavera
y con ella la inocencia arrebatada
El sol baja despacio
dejando el camino dorado creado para ti
Y que hoy recorres
Mientras esperas la luz de luna