A horcajadas la bella dama-
No era de un caballo,
ni de ladero spinto.
Era del motociclo,
con dos espejos.
En el retrovisor su
feroz pasado.
En el otro sus
futuros días, llamaradas.
Incendios y amores furtivos
para apagar.
Ni con todo el agua del
océano podría hacerlo.
Su llama era cada vez
más incendiaria.
Y su amante a su merced,
bocanadas de voluptuosas
lenguas de fuego,
con sed y pared.
(rosi12)