Mi memoria eres tú,
nada ajeno la habita,
ningún espejo que refleje sombras,
ningún silencio que exhiba en los cristales.
Mi memoria eres tú,
Sin oscuridades ni penumbras,
Sin ecos de voces pecadoras,
Sin nombres de cadáveres,
Sin jardines desolados,
Mi memoria eres tú,
engendrando ángeles más allá de lo eterno,
germinando el lenguaje con verbos y fantasías,
restaurando oraciones a un Dios que se había olvidado,
engrosando mi valentía con tus manos sobre la mejilla,
mi alegría, mi euforia y mi credo,
mi memoria eres tú,
mi vida.