Entre sueños de mi amor
y sombras de tu desprecio
mi corazón vive necio
amándote con fervor.
Siendo tu gran desamor
de mis ensueños castigo
con el alma yo te digo
que tu estás dentro de mi
pues para amarte nací
y tus desdenes bendigo.
Es mi locura adorarte
y reo ser de tu encanto
y aunque me causes quebranto
el corazón quiero darte.
Nunca dejo de pensarte
y como bello amuleto,
de ti el corazón repleto
con ansias siempre palpita
provocándome la cuita
que de tristeza es objeto.
No se si podré algún día
obtener de tus caricias
esas supremas delicias
que sueño en mi fantasía.
Grandiosa dicha sería
si me dieras tu figura
que bordada de dulzura
y con celestico acento
inunde mi pensamiento
de tu anhelada ternura.
Mis versos son la sonata
que cual sentida oración
imploran por tu pasión
que tanto anhelo desata.
Espero no seas ingrata
y que el milagro suceda
de que tu alma me conceda
de tu amor luz cristalina
que con esencia divina
tu hermosura tener pueda.
Autor: Aníbal Rodríguez.