Nox Angell

Heroe Caido.

¿Me agradecerás por todo lo que he hecho por ti?

Si bien sabes, cariño mío, que he dejado todo por ti.

Cuando me conociste, 

mi alma estaba sana, intacta, tal vez con algún pequeño dolor que podía ser sanado. 

Vaya que con tu llegada se me escaparon varias sonrisas y creí que aquel dolorcito que en su pasado era pequeño, se había estado sanando con tu presencia.  

Vaya que sí. 

Pero todo en la vida tiene su principio, consecuencia y su final.

Aquellas insignificantes heridas, ahora sangran. No se exponen gráficamente con sangre misma, no, sino de una forma mas dolorosa y desesperante; con lágrimas; abundantes lágrimas gruesas. 

De esas que sabes que van a estar acompañadas por un ardor en el pecho, como si te estuvieran abrasando por dentro; la asfixia en la garganta que te produce esa ansiedad de saber que serás insuperable.

He conocido todo de ti. He entendido muchas cosas sobre ti, como otras no y que al final del día, terminan como dudas que ya nunca mas podre saciarlas con una respuesta. 

Todo en tu vida tenia una raíz. Una que cada día iba fortaleciéndose mas y mas, así siendo imposible detener su crecimiento y deshacerse de ella por completo. Podrías estar intentando cortarla con mil filos filosos y de calidad, pero ninguna es suficiente para retirarla. Su progresivo tallo era mas fuerte que todo aquello que quisiera cortarla. 

Ay, cariño mío, mi mente sanada y yo no debimos habernos encariñado tanto. 

He jugado al héroe; un héroe que al final de su historia, termina moribundo, sin energías luego de luchar por salvar a su amado. Dañado hasta la médula.

Pero, cariño mío, no me arrepiento por completo.

He cubierto con mi amor y cariño, dedicación y palabras, muchos agujeros que no paraban de sangrar interminable y dolorosamente. Mis palabras sirvieron de unguento y las cubrí, cuidándolas más que a mis propias heridas. Y cuando estaban a punto de desangrarse, allí estaba yo, repitiendo el proceso. Sin quejas; sin ningún reproche. 

Eso recuerdas, ¿no?

Pregunto, sabes.

Porque repetidas veces he escuchado salir de tu boca palabras consumidas por tu ansiedad descontrolada y creciente, aveces incoherentes que ya se habían sumido en tu inseguridad mas profunda.

Por eso, te repito, cariño mío. ¿Tu lo recuerdas?