Elise Beher

OCASO

 

OCASO

 

¡Oh, torrente de vida, ya te has ido!

Y la luz que en tinieblas alumbraba,

para ayudarme a ver por el camino,

ya apagó la chispa que me daba.

 

Quiero que se quede en la memoria

el amor que yo nunca escatimaba,

y el recuerdo de mi vida, aun sin gloria,

permanezca en la gente que me ama.

 

El ocaso me provoca gran zozobra;

de pronto me detengo y me da risa,

pues me afano por terminar mi obra

y no disfruto de la tarde y de su brisa.

 

Entonces, con mucha reverencia,

agradezco por el mundo y sus dones,

que comparten conmigo su existencia

y dan a mi vida los más bellos colores.

 

Elise Beher ©® 

Junio/07/2025