El crónico pensamiento de su futuro como
cantautor resonaba profundamente en su cabeza.
El monitor de su PC le seducía, tanto así que,
como quien es adicto, quedaba hipnotizado.
Indefenso, sin sentido.
Sus voraces ganas de sumergirse en los
servidores de discord y revisar sus notificaciones
en Instagram amordazaban sus, ahora mustios, deseos
de enrolarse entre versos y cuerdas.
Horas y más horas destinadas al desperdicio,
enredándose entre pestañas de Chrome, foros
de Reddit y reproduciendo \"PASSO BEM SOLTO\"
en YouTube incontables veces.
\"Otra tarde perdida\", dijo como si fuese
la primera vez. Miró detrás: los últimos rayos
de sol tras la ventana, las clavijas empolvadas,
un cuaderno y una lapicera sobresaliendo
de su mochila.
Luego de quebrarse a sí mismo tras reacia
reflexión que libró consigo mismo, determinado
a no volver a asesinar sus minutos se fue a
dormir temprano.
Al día siguiente volvió de la escuela, vio la
guitarra apoyada en la pared, y, desde allí,
tranquilamente le observaba ella...