LERKEV

MI ANHELO

No he deseado escuchar lo que mi corazón me cuenta sobre ti,

pero cada susurro es un latido que despierta mi sentir.

No sé si es amor, obsesión o un castigo,

solo sé que tu nombre no me deja dormir.

 

Sé que mi corazón no miente,

porque late con la fuerza de lo verdadero.

Y aunque deliro entre sonidos que no entiendo,

la única nota me guía,

es tu nombre, hecho música.

 

¿Qué persona es sincera consigo misma

cuando se cuestiona tantas veces un solo nombre?

Estoy siendo sincero conmigo:

y el nombre no es más que un ángel,

divinidad que bendice la tierra,

diosa... apiádate de mí.

 

Parece que no sirvo para nada,

el pobre que carece de vida,

pero aquí estoy… aquí sigo,

viéndote vivir, amando tu alma,

amando amarte, queriendo quererte.

 

Aunque mi reflejo no viva en tus ojos,

aunque mi voz no acaricie tus mejillas,

te amo en el tiempo equivocado,

en el tiempo que no espera,

en el alma que se desespera.

 

Aquellos ojos que no me miran

despiertan latidos que creí dormidos.

Quizás para otros no signifique nada,

pero en mí… lo responde todo.

 

Sigo aquí, sin el destino hablado,

como sombra que no pide ser vista,

como el viento, susurrando en tu cabello,

amando sin final,

sin destino, aunque no haya camino.