El ciervo escucha el canto de abubillas
mientras cruza el río lleno de insectos.
los prados más allá de las orillas,
le hipnotizan en salvajes dialectos.
.
Sus cuernos, nobles, altivos y erectos,
no ven ojos en forma de rejillas.
que acechan en marea sin defectos,
y erizan piel en tétricas cosquillas.
Muy cerca, llora y se deshoja un sauce
y siente en la sábana de aguas tiernas,
una envestida que revuelca el cauce.
.
se embriaga el río en vino de tabernas
el destino cierra fuerte sus fauces
y arrastra al ciervo iluso... de las piernas.
Entre tomillos vuelan abubillas,
el campo hierve de grillos e insectos.
El conejo huye hacia las orillas,
su miedo habla en breves dialectos.
.
En la cocina, hierbas erectos,
la olla espera tras finas rejillas.
Se sazona sin miedo a defectos,
la pimienta da leves cosquillas.
.
Bajo un sauce,
las zanahorias tiernas,
el caldo sigue el lento cauce.
.
En rurales se festeja, tabernas
saborear entre tus fauces
que faltó sazonar las piernas!