OREMOS
Señora de los Ojos Omnipresentes:
A tu Infinita Sabiduría me encomiendo.
Hágase tu voluntad
sobre la tierra,
bajo las aguas
o entre los cielos.
En el seno de tu dotado pecho tomaré
la generosa entrega de tu naturaleza materna
y en tu regazo penetraré
por entre las confortables grutas
donde descansa impaciente el deseo
de la llegada de mi alma
hasta las entrañas de tu gracia.
En la tentación de tu gozo anhelaré
siempre estar alzado,
no me dejes caer
para que en tus brazos no me falten
ni el abrigo en el ocaso
ni el fuego en la resurrección.
Cuando la hora me llegue: no temeré.
En tu aliento recorriéndome
sentiré el éxtasis del beso divino.
Cuando note tu presencia: no temeré.
Sabré que llegó el momento de abandonar este sueño
para envolverme en la maravilla de tu encarnación.
_____________________________Ferviente Servidor.