En el barro de la existencia
he quedado varado
sin poderme explicar
acontecimientos;
voy a saltos,
estoy sereno, camino en paz,
y en un de repente
me hundo en la desesperación;
no hay día, no hay hora
en qué mi corazón
no se agite,
a veces de inmensa alegría
y las más, de tristeza;
sacudidas, sismos,
me hundo,
mis sueños son delirios,
la vida son esos sueños.