En la añeja huella
Sin remolinos mayo me rompe el corazón
Al caer la engreída tarde
De tus palabras mudo quedé.
Ya no eres el sol que alumbra mi ser
Ni la noche de estrellas que invita a soñar
Tampoco la brisa que moja mi piel
Menos el viento que me suele acariciar.
Atrás quedarán bellos momentos
Aquellos candentes besos
Atardeceres recorriendo caminos
Y el mar en su agitada bravura haciéndonos querer.
Que soy el bardo incomprensible
Que no tengo compasión
Que he jugado a las cartas sin dejarte ganar
Que todo romance tiene su final.
Ven, vamos a platicar
Que aún tengo mil cosas que dar
Y si ya me dejaste de amar
Sé feliz, inmensamente feliz.
Autor: EDGAR TOALA TOALA