La Navaja del Tiempo
William Contraponto
El tiempo hiere, no lo ves,
su filo es frío, sin error.
La piel resiste alguna vez,
pero no escapa del dolor.
Cada segundo abre un abismo,
donde se caen lo que no fue.
El alma calla su espejismo,
el cuerpo duda de su fe.
El calendario es cuchillo,
el reloj dicta la condena.
El paso firme y tan sencillo
clava su juicio sin cadena.
Graba en los huesos su sentencia,
escribe en sombras el final.
Promete paz, vende demencia,
y siembra ausencias sin rival.
Todo que nace, ya declina,
todo que brilla, se oscurece.
El tiempo corta y se inclina
sobre la vida que fenece.