alicia perez hernandez

AMOR DE PALOMOS...

AMOR DE PALOMOS...

...Una bella paloma

que en su balcón se paseaba 

tan cadenciosa y tan hermosa

que al pasar un palomo por allí,

de inmediato de ella se enamoró

y quedó prendido de su belleza;

de inmediato, le ofreció su amor

ella no se hizo de rogar

 y así comenzó su relación amorosa.

 

Todos los días muy puntual

el palomo acudía a su cita

muy bañado y perfumado

Su paloma muy enamorada

en el balcón lo esperaba,

en sus piquitos se daban los besos

y se decían cuánto se amaban,

haciendo planes para casarse,

a quiénes invitar de padrinos?

a cuántos amigos debían invitar?

 

Se llegó el día tan esperado,

y los novios ya estaban listos para casarse,

señor Pato y señora Pata, padrinos de lazo.

Doña Gallina y Don Gallo, padrinos de anillos,

Don Ratón y Doña Ratona, padrinos de pastel.

quinientos invitados acudieron a la celebración,

amigos y familiares, todos invitados de honor.

manjares suculentos, dispuestos en las mesas.

La orquesta de las señoritas ardillas no dejaba de tocar.

La marimba y la tambora la llevó doña rana,

y la fiesta iba a comenzar, solo faltaban los novios.

 

De pronto se escuchan aplausos y gritos,

¡vivan los novios ¡! vivan los novios!!

Y desciende de su carruaje, una pareja muy singular,

Una paloma elegantemente vestida de blanco.

Acompañada de sus padrinos de lazo, dos conejos negros.

Y cuando dio comienzo la ceremonia,

Se soltó una tormenta, todos salieron huyendo a buscar refugio.

Y todos iban a esconderse, de la lluvia fría, que caía a torrenciales.

Y el palomo y la paloma… !No! no se movieron,

Hasta que se escuchó decir; acepta por esposa

a esta hermosa paloma, dijo: ¡Sí! sí aceptó, 

Y el palomo, muy feliz, subió al carro a su amada esposa.

Se fueron muy felices a vivir su gran amor.

La lluvia no les importó, solo deseaban unir sus vidas por amor.

Cuando hay amor súperas todas las tormentas.

El amor une, no desune, el amor protege, no castiga.

 

Alicia Pérez Hernández... México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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Mata su luz un fuego abandonado.

Sube su canto un pájaro enamorado.

Tantas criaturas ávidas en mi silencio

y esta pequeña lluvia que me acompaña.

Despedida (Alejandra Pizarnik)