Se desbordan los rios
tranquilos del alma
llevando epitafios
matando la calma.
Los fuertes torrentes
de ira, amor y llanto
que rompen los grilletes.
Puedo llorar o amar
con toda la devoción
y en el escenario
ser tan peculiar.
Más en este teatro
la ira es protagonista
que dando gritos de dolor
y siendo tan egoísta
consume al portador.
Y al final observa
con ojos arrepentidos
y se preguntan:
¿De que ha servido?